Hoy saldré de casa con el sol en carnaval, se disfrazará pronto y el oscuro pijama del dia me tapará la luz del mundo.
Hoy la poesia florecerá bajo la luna, como el mandacarú, y las horas me golpearán la espalda mandándome al baúl.
No quiero sobrevivir a la muerte y tenerle miedo a la vida, como el odio.
Quiero abrazar al temblor, caminar sobre las heridas, quiero ser opio.
Hoy le preguntaré a Edgar si quiere otra copa de Oporto, me serviré un poco de vino, hablaremos de nuestros sueños. Nos reiremos. Lloraremos. Pensaremos con incertidumbre qué fué lo que hicimos mal, y borrachos, reiremos en voz alta, impertinentemente nos jactaremos de lo bailado y nos guiñaremos los ojos rememorando nuestro lado malvado.
Después de todo, es un buen amigo.
Saludos, con Edgar detrás, dulcearoma.
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