martes, 18 de marzo de 2008

Ego, te digo que no

Hola, cuánto tiempo!

A veces me detengo, detengo mis pies y silencio mis pasos, pauso la vida y miro alrededor. Suelo darme cuenta en esos momentos que no estoy yendo a ninguna parte, que nadie está yendo a ninguna parte... Me pregunto cómo sonaran las carcajadas de los árboles que nos ven pasar sin cesar arriba y abajo, quietos ellos, corriendo nosotros sin ir a ninguna parte.

A veces quieto, me doy cuenta de lo pequeño que soy, de lo grande que es el tiempo y de lo corto de mi paso por aquí, mi ego quiere ser recordado, pero a mi me da igual, se que no me recordarán especialmente y tal vez mis amigos brinden por mi antes de morir, cuando solo sea su recuerdo.

A menudo en el tren, o tumbado junto a Barcelona, el único lugar que puedo amar, hablo con él... cada vez me cansa más pues no hay variedad en su discurso y su persistencia no tiene igual, me pregunta si me voy a limitar a respirar, si no voy a intentarlo siquiera, que lo tengo al alcance, que el triunfo, el reconocimiento y la fama son algo hermoso... mi ego me cae cada vez peor.

Ultimamente le he llegado a contestar que sí, que me voy a limitar a respirar, a dar amor y a respirar. Todo lo demás no importa. Creo que cada vez deseo menos... creo que ni deseo, y lejos de los picos de euforia de antaño respiro una felicidad sólida, constante y aunque no estoy a la altura pues solo aplaco mi ego en ocasiones, le estoy tomando la medida a ese cabrón.

Lamento pasar tan poco por aquí, menos de lo que imagino habitualmente, pero pienso dos cosas, una, sigo pasando y el blog a ratitos va creciendo... y dos, creo que a nadie le importará demasiado sabiendo que es simplemente porque ando por ahí Viviendo.

Yo buscaba otra foto, pero mi ego me ganó.
Un beso a todos y no prometo nada, así no fallo. Saludos dulcearoma, no tengo dinero... y?