lunes, 29 de septiembre de 2008

Recordarse a uno mismo

Buenos días, cada día!

Después del huracán emocional que supone todo lo vivido en las anteriores semanas, una solemne paz me invade y me invita a la reflexión.

He de publicar que han sobrevenido enormes cambios a mi rutina, incluidos cambios de domicilio y de entorno directo, pero quisiera desvelar poco a poco estos cambios porque grano a grano se ve mejor.

Agradecido a todo el mundo por las felicitaciones (cada vez que mi hermano gana algo importante, la gente me felicita mucho más que en mi propio cumpleaños, cosa que no hace más que llenarme de gracia) recuerdo un tiempo atrás en el que me vi alguna noche con Gurdjieff y más tarde Ouspensky también me contó interesantes encuentros que tuvo por la helada Rusia.

Mi propia vida interrumpió estos encuentros con todo lo que ultimamente me ha ocurrido, pero la última vez que marché de aquellos cafés parisinos, lo hice sabiendo que volvería, que a pesar de no haber entendido mucho, se que lograré entender, tal vez a la cuarta va la vencida.

Estoy decidido a investigar de la mano de Osho, el cuarto camino, seguro que él me aclara lo que el bigotudo y su discípulo intentan explicar, de buen seguro les contaré todo lo que me cuenten, si resulta apropiado.

De momento ando tratando de recordarme a mi mismo, a la gente automatizada ya la empiezo a distinguir.


Sigo regando mi amor por todo, a los que no entendieron les diré... yo tampoco.

Un beso! dulcearoma