domingo, 1 de abril de 2007

Dosis de familia y un ratoliu

Hola, escribo menos, yo mismo noto esa falta de ejercicio, me propongo otorgarle más tiempo a mis ojos, más libertad de movimiento a mis manos, más voto al alma.

La vida se me está organizando como yo nunca hubiera hecho, me está regalando épocas de familia, se me dosifican las casas y las cenas... tras pasar tres semanas acompañando a mi padre cada día a trabajar, desayunando con él y compartiendo 9 horas de trabajo diarias, la inercia de la vida misma me coloca ahora en una situación extraña en la que ya no tengo hogar, pues mi nuevo trabajo está a 80 kilómetros de mi actual casa y a 15 minutos de casa de mi hermano... mucho me temo que se va a dar una pseudo-mudada, que van a ser muchas tardes con él, tardes cómo las que compartimos hace veinte años, aunque hoy somos dos hombres, nosotros sólo podemos ver el uno en el otro a un niño de 8 años.

La gente que me quiere, sigue atenta mis pasos, me pide que tenga cuidado y manda ratolines mágicos que me vigilan, es el amor hecho animalito, no tengas prisa, le espeto al ratolín, y sonríe, el ratolín ni imagina los años que nos quedan, yo ya le he hecho un hueco en mi, ya soy el hogar de mi propia sombra, soy el hogar de los ojos que me miran bien, ratolín, no dejes de seguirme, tus pasos son música.

No suelo dejarme caer en surrealismo, a veces no queda remedio.


Un beso, dos, tres, no freneis los besos, son disparos que dan vida. dulcearoma.
Ratoliu guapo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes suerte, observando esta foto te envidio, en el buen sentido de la palabra.b