miércoles, 20 de febrero de 2008

La abuela que no envejeció.

Hola,

Iba a contar un montón de cosas, cosas alegres y divertidas que me han pasado, como estar en roma, enredarme en noches sin sueño y dias con ojeras, pero cuando el reloj de la vida se detiene en algún ser, un eco sordo nos golpea y hay que volver a recuperar el equilibrio.

Esta mañana, murió mi abuela.

Ella, de la que solo soy capaz de recordar sonoras risas, ella que nunca quiso envejecer, ella que con setenta y pico años cuidaba de "verdaderas viejas" de noventa y casi cien, ella que es un tango inacabable, ella que tuvo que nacer con maquillaje porque la esperaban en el teatro de la vida.

Y mi madre ha sufrido. Uno puede prepararse para muchas cosas. Hay otras pocas que no.

Yo tenía una cita con la ciudad, con la vida... pero lo le entregué mi último día a ellas, a mi abuela y a su hija, pero a mi abuela que tenía las manos más suaves que me han tocado jamás, las que más amor fueron capaz de hacerme sentir con una sola acaricia, mi abuela Ada también llamada Lola.

Hoy todo mi recuerdo es suyo y aunque me quieren estallar los ojos y hay un crío de diez años en mi pecho que no deja de llorar, me repongo y le sonrio que es lo que me hubiera dicho mi abu que hiciera, y me alegro sinceramente de que el eco de su canto todavía se oía cuando magicamente se fué, como en un número de cabaret, tras un fogonazo la estrella se fué.

Abu, te llevastes una parte de mi que jamás volverá...
...te dedico todas las sonrisas del resto de mi vida.

Mi abuela, y sus tres hijos, la de la izquierda del todo es mi vieja.

dulcearoma, el nieto con ojos llorosos, saluda y sonrie amargamente, el tiempo pasará.